Una fuerte controversia política se desató este lunes luego de conocerse que Julián David López Tenorio, presidente de la Cámara de Representantes, decidió suspender las sesiones legislativas hasta el martes 14 de octubre, argumentando que “entre los congresistas hay muchos papás que querían salir a viajar con sus hijos” durante la semana de receso escolar y el puente festivo.

La determinación generó indignación entre amplios sectores ciudadanos y sindicales, que cuestionaron que mientras millones de trabajadores colombianos que ganan el salario mínimo no pueden tomarse licencias ni vacaciones prolongadas, los congresistas —que devengan cerca de 35 millones de pesos mensuales— se den el lujo de extender sus descansos. Lo más polémico es que la “semana de receso” está contemplada únicamente para instituciones educativas, no para servidores públicos ni para los poderes del Estado.

“Es una falta de respeto con los colombianos que pagan impuestos. No existe ninguna justificación legal ni moral para que el Congreso pare porque los representantes quieren viajar con sus familias”, manifestó un experto en asuntos legislativos consultado por El País. En redes sociales, la medida fue calificada como una muestra del “desconecte” entre la clase política y la ciudadanía. Frases como “vacaciones permanentes”, “Congreso de turismo” y “que devuelvan la plata” se multiplicaron en X (antes Twitter), mientras varios usuarios exigieron que la Procuraduría General revise si la decisión vulnera el principio de continuidad de las funciones públicas.

López Tenorio, del Partido Liberal, no se ha pronunciado frente a las críticas, pero fuentes cercanas a su despacho sostienen que la medida buscó “dar espacio a los congresistas con hijos pequeños” y que las sesiones se retomarán con una agenda recargada a partir del 14 de octubre.

Sin embargo, para muchos colombianos el argumento no convence. “En un país donde los maestros, los médicos y los policías trabajan incluso en festivos, no es aceptable que los legisladores se autoricen vacaciones adicionales”, expresó una ciudadana en Cali. El debate deja en evidencia, una vez más, el malestar por los privilegios del Congreso y abre la pregunta sobre si los colombianos volverían a votar por representantes que, además de recibir altos salarios, se otorgan descansos fuera de toda norma laboral.