El congresista Duvalier Sánchez, reconocido por presentarse como un férreo luchador contra la corrupción, quedó en el centro de una tormenta política tras defender públicamente al presidente Gustavo Petro y a su familia durante un evento reciente. Sánchez calificó como una “infamia” las múltiples denuncias y revelaciones que han surgido alrededor del círculo presidencial, declaraciones que desataron una oleada de reproches desde distintos sectores.

La controversia se encendió porque, según asistentes al evento y analistas consultados, el gesto de Sánchez habría estado motivado por la búsqueda explícita de apoyo político del petrismo para sus aspiraciones futuras. Esto profundizó las críticas, pues el congresista ha construido su imagen sobre la independencia política, la vigilancia al poder y el rechazo a cualquier forma de corrupción gubernamental. Sus palabras, lejos de pasar inadvertidas, fueron interpretadas como un giro incoherente con su discurso habitual.

Los señalamientos también surgieron por la defensa que hizo no solo del presidente, sino de figuras cercanas como la primera dama Verónica Alcocer, en medio de investigaciones mediáticas y cuestionamientos judiciales por presuntas irregularidades en contratación, lobby diplomático y manejo de recursos públicos. Para sus críticos, el intento de minimizar estos casos como simples ataques políticos contradice su postura previa de exigir transparencia sin distinciones ideológicas.

En redes sociales, la etiqueta #DuvalierIncoherente se volvió tendencia, acompañada de mensajes que recuerdan los pronunciamientos pasados del congresista contra la corrupción oficialista y los señalamientos que él mismo hizo en otros gobiernos. Algunos ciudadanos le reprocharon haber adoptado el mismo comportamiento que cuestionó reiteradamente: “cuidarle la espalda al presidente de turno”.

Sánchez, por ahora, no ha ampliado sus explicaciones. Su equipo político sostiene que su intervención buscaba “defender principios democráticos”, pero la polémica sigue creciendo, alimentada por quienes creen que el congresista sacrificó su coherencia ética en busca de ventajas políticas.

¿Se le acabó la coherencia a Duvalier? La discusión apenas empieza, y el episodio podría marcar un antes y un después en su capital político.