La decisión del Gobierno nacional de no firmar la cofinanciación del Tren de Cercanías del Valle del Cauca desató un fuerte debate en la región y abrió un escenario de señalamientos políticos. Sectores empresariales, veedurías ciudadanas y líderes regionales afirman que un grupo de dirigentes habría influido para que el proyecto no recibiera el aval del Gobierno, pese a contar con estudios de factibilidad y cronograma para iniciar obras en 2026.

La iniciativa, considerada como la obra de movilidad más importante del suroccidente colombiano, tenía como objetivo conectar Cali con Jamundí, Palmira y Yumbo a través de un sistema de transporte férreo. Para entidades como Propacífico y otros actores regionales, el proyecto representaba una oportunidad estratégica para mejorar la movilidad, reducir emisiones y promover desarrollo económico.

Sin embargo, tras la decisión del Gobierno de no cofinanciarlo, varias organizaciones empezaron a señalar directamente a los congresistas y dirigentes que habrían pedido al presidente Gustavo Petro no respaldar la obra. Entre los nombres mencionados en redes sociales, debates ciudadanos y columnas de opinión aparecen Julián López Tenorio, Duvalier Sánchez, Alfredo Mondragón, Ana Erazo y el exalcalde de Cali Jorge Iván Ospina. También se menciona al ministro del Interior, Armando Benedetti, como una de las voces influyentes en la decisión del Ejecutivo.

A estos dirigentes se les cuestiona haber promovido reparos técnicos y políticos alrededor del proyecto, lo que habría incidido en la decisión del Gobierno. Desde distintos sectores, especialmente empresariales, se afirma que la postura de estos líderes pudo haber puesto en riesgo una obra que ya contaba con respaldo regional y con el proceso de estructuración adelantado.

Desde Propacífico y otros gremios reiteran que el Tren de Cercanías tiene estudios aprobados y que el Valle nunca había estado tan cerca de iniciar una infraestructura férrea de este nivel. Insisten en que la región no puede perder la oportunidad por disputas políticas ni por confrontaciones ideológicas.

Mientras tanto, en redes sociales y espacios cívicos aparece un mensaje recurrente: “cuando vaya a votar, recuerde quiénes le negaron al Valle la posibilidad de tener un tren”. Para los críticos, la decisión no solo afecta la movilidad, sino el desarrollo a largo plazo de toda la región.

El debate continúa abierto y se espera que el Gobierno nacional entregue explicaciones oficiales en los próximos días. Entretanto, la frustración ciudadana crece y el Tren de Cercanías, que era visto como un símbolo de modernización regional, queda en pausa en medio de una tormenta política.