La primera dama Verónica Alcocer volvió a escena pública este jueves con un mensaje en redes sociales que, si bien buscó reivindicar su imagen en medio del escándalo por la compra de los aviones Gripen y su presunta vida de lujo en Suecia, dejó más preguntas que respuestas. Su pronunciamiento llegó horas después de que Saab Colombia asegurara que “no hubo participación de personas externas o intermediarios” en el contrato firmado con el Gobierno Petro, un punto clave en la controversia política que sacude al país.

Alcocer, sin referirse de manera directa a las acusaciones que la relacionan con gestiones o influencias en ese proceso, afirmó que “duele profundamente cuando la persecución y la calumnia intentan quebrar la verdad, la justicia y el buen nombre”. También lamentó que, a pesar de “conocer los hechos”, “persisten los señalamientos”. Sin embargo, en su mensaje omitió detalles sobre qué hechos, señalamientos o versiones considera falsos.

En su publicación, hizo un llamado a “bajar el tono” en redes sociales y reflexionar sobre la manera en que se construyen los debates públicos. “El odio y la mentira no pueden convertirse en las fuerzas que guíen nuestra convivencia”, dijo, pidiendo reconstruir el diálogo desde “el respeto, la empatía y la verdad”.

Pero el mensaje dejó sin tocar los dos temas que más presión generan alrededor de la primera dama:

1. Su estadía en Suecia, revelada por el diario Expressen, que la ubicó viviendo entre hoteles y una vivienda en el centro de Estocolmo y participando de cenas, eventos privados y círculos de élite.
2. Las sospechas sobre su relación con el contrato de los Gripen, que el Gobierno ha defendido como una adquisición estratégica para la Fuerza Aérea, pero que ha generado preguntas sobre la presencia de posibles intermediarios o gestiones informales.

El Diario Expressen también publicó fotografías y detalles sobre personas del entorno cercano de Alcocer en Estocolmo, entre ellos empresarios de lujo, figuras de la moda y amigos del círculo diplomático colombiano en Suecia. Aunque el Gobierno colombiano reaccionó censurando al medio y acusándolo de vulnerar la privacidad de la primera dama, las publicaciones no han sido desmentidas en su contenido.

Este fue el primer pronunciamiento público de Alcocer tras semanas de silencio y, lejos de cerrar el debate, parece haber reactivado la conversación sobre su rol dentro del Gobierno Petro, sobre todo a medida que el escándalo de los Gripen se convierte en un tema de desgaste político para la Casa de Nariño.

Por ahora, la principal incógnita sigue sin resolverse:
¿Responderá la primera dama a los cuestionamientos de fondo o mantendrá la estrategia del silencio frente a los aspectos más sensibles del caso?